viernes, 12 de marzo de 2010

Día 10. Zagreb (CRO) - Trieste (ITA)

Algo perjudicados tras las Ojuzskos de la noche nos levantamos a media mañana.
Fuera caen copos y Damir nos enseña las webcams de las carreteras croatas... las autopistas de la costa están cortadas con una capa de nieve importante, solo queda la opción de salir por Eslovenia, que aun las tiene abiertas.













Nuestro plan original era entrar en Eslovenia y de allí entrar en Austria, pero media Europa está bajo un fortísimo temporal. De hecho nos enteramos que todas las fronteras entre Eslovenia y Austria están cerradas. Toma ya!
Con el panorama, Damir nos tienta a quedarnos un día más en Zagreb. Salimos a vistar el centro de la ciudad mientras lo meditamos.


De vuelta analizamos de nuevo la situación y decidimos tirar. Nuestro objetivo será llegar a Trieste pasando por Ljubljana, la capital de Eslovenia. Mucha vuelta, pero la única manera de moverse parece ser esa autopista.

Muy agradecidos nos despedimos de Damir. Un gran apoyo a la hora de planear este viaje y también a la hora de realizarlo.

Abandonamos Zagreb siguiendo las precisas instrucciones de nuestro anfitrión y directamente nos vamos a la autopista A3. En la frontera nos toca esperar un rato. Hay muchísimos coches intentando salir por allí.



Tras la espera entramos en un nuevo país, Eslovenia. Volvemos a funcionar con Euros.
Bien pronto nos encontramos con nieve. Los márgenes ya están blancos y sigue cayendo. Además hay tramos de la autopista en obras, con interminables colas.
Cada vez nieva más fuerte, por suerte el asfalto está muy mojado pero permite rodar bien. Vamos rápido intentando escapar de la tormenta. Cada poco tenemos que limpiar de nieve la visera con la mano.

Por fin llegamos a Ljubljana. La recorremos tranquilamente. Hace muchísimo frío, pero aquí no nieva ni llueve.
Al parar, no consigo sacarme los guantes sin ayuda. Recuperamos la temperatura con un piscolabis en uno de los puentes de la ciudad.


Tras repostar volvemos a la autopista y con ella a la fuerte nevada. Las areas de servicio y de descanso están impracticables, con un palmo de nieve, así que solo nos queda aguantar.

Al fín llegamos a Italia y en el cielo vemos algún claro. En un momento pasamos de la nevada y el frío a una temperatura más soportable y el suelo seco.
Abandonams la autopista y después de unas buenas curvas llegamos a Trieste.
Estamos agotados y después de unas pocas vueltas buscando un hotel barato (complicado) nos quedamos en una pensión. Las motos las aparcamos en un garaje de pago y nos vamos a cenar unas... pizzas (oh sorpresa!).

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