viernes, 12 de marzo de 2010

Dia 5. Dubrovnik (CRO) - Kotor (MTN)


Nos despertamos con un tímido sol y con el desayuno comprado en el super subimos la montaña de Bosanka, detrás de Dubrovnik. Desde allí arriba, sobre las ruinas de la fortaleza napoleónica y con los restos de la última guerra muy presentes desayunamos con unas vistas impresionantes.









Ya camino de Montenegro pasamos junto a un equipo de militares retirando minas en las inmediaciones del aeropuerto de Dubrovnik.

Tras ratos de sol y algún breve chaparrón llegamos a la frontera. Sin dificultad alguna abandonamos Croacia y un par de kilometros más tarde entramos en Montenegro. Otro sello más en el pasaporte.
Montenegro es un país muy joven, se escindió de Serbia en 2006. Su nombre en serbio o montegrino (según con quien hables te dirá que su idioma es uno u otro) es Crna Gora y desde antiguo hace referencia a sus interminables y tiznadas montañas.
La impresión al entrar es algo extraña. Viejos y abollados coches soviéticos, la carretera sucia llena de barro por obras dejadas a su suerte. Después esta impresión se matiza, pero es chocante.
Pero lo que realmente llama la atención es la belleza del paisaje desde el primer minuto. Estamos en el Boka Kotorska, el llamado mayor fiordo del sur de Europa. Son 25 kilometros que terminan en la villa amurallada de Kotor, patrimonio de la humanidad.
Damos toda la vuelta al fiordo, encantados con y por las vistas y pasamos Kotor camino del hotel que habíamos reservado. Está en lo alto de las montañas. Una tras otra vamos dejando atrás las decenas de paellas que tiene esta carretera que sube por una pared casi vertical con Kotor y el Boka Kotorska debajo. Paramos varias veces a respirar fuerte. Pocas veces se ven cosas así.
Al llegar arriba sorpresa, pasamos unas cuantas casas en ruinas en lo que pensamos en Njegussi, el pueblo donde está nuestro hotel. Nos entran las dudas hasta que encontramos un anciano que nos saluda desde una casa. Es el Sr.Popov, que nos está esperando. La casa es genial, recién reformada.
Queremos repostar, así que tras descargar las motos nos vamos a buscar una gasolinera, pero por el camino se pone a nevar. A la vuelta conseguimos entendernos con el Sr.Popov, que solo habla montenegrino y vista la previsión de nevadas decidímos bajar a Kotor y dormir allí. Nos sabe muy mal por lo amables que son la familia Popov, que antes de dejarnos ir nos invitan a su casa a comer queso y jamón caseros.
Bajamos la carretera de las paellas envueltos en una niebla terrible que no nos deja ver más allá del manillar.
Al llegar a Kotor vamos a la estación de autobuses, donde preguntamos por "sobe", que significa habitación. El taquillero asiente y tras cinco minutos aparece con un anciano que nos dice por señas que le sigamos. Aquí nadie habla inglés.
Llegamos a su casita y por 10€ nos quedamos a pasar la noche.

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