viernes, 12 de marzo de 2010

Día 9. Jajce (BIH) - Zagreb (CRO)


Nada más despertarnos quedamos encandilados por el paisaje. Llegamos al hotel de noche y no nos habíamos dado cuenta de donde estábamos.
Nos dicen que en verano esto se llena de alemanes, muy aficionados a veranear junto a lagos. Pegarse un chapuzón aquí bien vale el viaje!

Damos la vuelta al lago Plivsko Jezero para visitar unas construcciones muy pintorescas. Son molinos de agua donde cada familia tiene su sitio para moler cereales.
El camino nos lleva entre colinas hacia grandes llanuras sin una sola alma. Los pueblos son cada bvez más pequeños, cada vez más solitarios y más separados los unos de los otros.






Seguimos por las llanuras, pasamos algún puerto y tras uno de estos aparece el horizonte entero cubierto de blanco. Es por esta zona donde la KTM cumple sus primeros 20.000kms de vida.
En los bordes de la carretera vemos varios carteles advirtiendo de la posible presencia de minas antipersona. Una pena porque los bosques son preciosos y me encantaría poder perderme por esa selva.



Seguimos avanzando sin problema hasta que pasado otro puerto se nos aparece una pared blanca. Es la nada!
Paramos a abrigarnos un poco más, pues se está poniendo a nevar. También intercambiamos varios sms con Damir, nuestro contacto en Zagreb. Viene a nuestro encuentro por el lado croata.
En la frontera vemos claro que no podemos continuar con nuestros planes de visitar la base aerea de Zeljava. Es un lugar curioso que nos habría gustado visitar, pero ir allí con la nieve cubriendo los caminos seguros y los no seguros es un suicidio.
Zeljava es una base subterránea que le costó seis billones a la Yugoslavia de Josip Broz Tito. En la última guerra fue destruida y para visitarla hay que tener las cosas claras (nosotros teníamos documentos que nos había proporcionado Damir y policias de la zona).
Así pues continuamos y al poco rato nos encontramos con Damir y compañía. Nos llevan a comer y de allí una visita a un antiguo centro de reclutamiento, destruido y hoy museo al aire libre de tanques y otros artefactos. Damir, muy aficionado a la historia bélica, nos explicó la historia de algunos de ellos y como habían llegado hasta allí.
Después nos metemos en la autopista con una lluvia terrible que convierte los carriles en canales, intentándo seguirle el ritmo a nuestros amigos croatas que les va enroscar el puño llueva o nieve.
Entramos en Zagreb, en palabras de nuestro anfitrión "la capital más aburrida de Europa" y tras cambiarnos nos vamos directos al bar a conocer a la tropa de colegas de Damir que han venido a interesarse por nuestro viajecillo.
Hay que ver la cantidad de Ojuzkos (cerveza de Zagreb) que pueden tragarse media docena de croatas!

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